Maneras de bien soñar 😴
Para soñadores principiantes y no tanto... Y mi primer collab con @Pri.Santoro!
Mi inteligencia siempre ha odiado el sueño. Soñar: esa pérdida de tiempo en la cama, solía decirme…
No son confesiones. No son deseos. No es autocompasión. A veces soy consciente que estoy soñando. Y a veces soy consciente de que todo es irreal y sin embargo real al mismo tiempo.
Dejemos que suene de fondo de esta playlist hermosa de Agustina: yogui inspiradora, creativa y apasionada por la música 🩶
Creo que me empezó a enamorar el mundo onírico cuando conocí el Yoganidra hace unos diez años. El ‘sueño consciente’ de los yoguis ॐ.
Una práctica para inducir una profunda relajación física, mental y emocional, que hace posible que la consciencia se establezca en la frontera mágica entre el sueño y la vigilia. Además, es una poderosa herramienta para la transformación personal que nos abre una puertita a nuestro subconsciente…
Pero eso ya es otro post, si les divierte entrar ahí, lo charlamos otro día.
¿Cómo se hace para soñar? - No haciendo- Soñando.
Cumpliendo nuestros deberes y tareas diarias pero viviendo, al unísono, en nuestra imaginación. En esos paraísos y nirvanas, en las ilusiones dentro de otras ilusiones.
Lo opuesto a parasitar a otros.
Mantener una actitud generosa, abierta y constructiva, centrada en el bienestar y el desarrollo de los demás. Esto implica contribuir y aportar positivamente en nuestras relaciones y vínculos…
¿Cómo sería vivir, soñando, a través de los otros? Desdoblándome en sus opiniones y conversaciones, para duplicarlas a mi gusto y hacer de sus personalidades cosas parecidas a mis sueños (como dice Pessoa).
“Antepongo de tal modo el sueño a la vida que logro así, en el trato verbal (otro no tengo), seguir soñando y persistir a través de las opiniones ajenas y los sentimientos de los otros, en la línea fluida de mi individualidad amorfa”.
Aprehender la individualidad del otro en tu propia conciencia. Sueños cómplices que nos enseñan que no vienen desde afuera, porque no hay adentro ni afuera.
Nos soñamos a nosotros mismos o a toda la humanidad que somos. Soñamos esos paraísos e infiernos que habitan en nosotros.
A vos, amigo que lee, ¿te gusta poner los sueños en palabras? ¿Te cuesta dormirte? ¿Te revitaliza soñar?
Mi post anterior cruzó el océano y me (re)conectó con @Priscila, quien hace varios años acompaña a empresarios y líderes del mundo corporativo, enseñándoles cómo pueden vivir una vida más simple, coherente y enfocada.
Ella armó esta guía preciosa que podés descargar gratis
👉🏼 10 Micro pasos para un buen descanso.
@Pri me recuerda que dormir profundamente es esencial para mantener la salud física y mental porque durante el sueño, la mente se retira de todas nuestras preocupaciones diarias y se sumerge en la paz, en la calma.
Y ahora que ya puedo dormir mejor y disfruto del soñar… ¿Cómo darle más valor a esa parte de mi existencia que puede influir en mi percepción de la vida y en mis vínculos con los demás?
Deseos, profecías, revelaciones divinas, conversaciones con nuestros antepasados, una cura contra el estrés… Espero que los sueños recobren ese lugar prominente que tenían en las civilizaciones pasadas.
Así, poco a poco, comienzo a reconocerme en mi mundo de sueños, para poder contar y describir de otra manera lo que tengo más cerca. ¿Qué puede ser más “real” que ese sueño familiar que somos nosotros mismos? Si somos la misma materia que nuestros sueños, soñándolo todo, somos todo.-
Las obras de este post son de Leonora Carrington. Una artista que me hipnotiza y me atrapa en su mundo surrealista dónde no hay manera de entenderlo todo sin abrir la puerta a lo que está más allá de la razón.
Me encantó! Somos soñadores… después de la pandemia, v la muestra de Fellini y me fascine con su Diario de sueños con sus dibujos, que inspiraban sus películas .
Amamos a Leonora Carrington 🙌🏻 otra entrega extraordinaria ✨